Instalación compuesta por 37 velas y una pieza de audio.
Las velas fueron elaboradas a partir de la ropa de la madre, ya fallecida, de una de las autoras. Se sometió las telas a una compleja manipulación hasta convertirlas en volúmenes escultóricos cilíndricos de grosor y altura variable. El relleno de cera y el pábilo son similares a los de cualquier vela. No obstante, según el concepto de codificación paradójica que inspira la pieza, han sido creadas para permanecer apagadas mientras el audio FUEGO recoge el crepitar eterno de las llamas en algún lugar más allá de lo visible.
FUEGO es una pieza sonora de 180 minutos de duración que registra el sonido de las llamas y que se reproduce en bucle.